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Michael Schumacher logró un triunfo incuestionable

Michael Schumacher logró un triunfo incuestionable Schumacher enterró todos los rumores que decían que ya no se lo tomaría en serio. Nadie le vio el pelo

La primera carrera de la temporada tuvo un final muy feliz para Fernando Alonso, aunque no inesperado después de la excelente trayectoria manifestada en los entrenamientos. El asturiano del equipo Renault subió al podio, y lo hizo en la tercera posición, junto al vencedor del Gran Premio de Australia, Michael Schumacher, y su compañero en la escudería Ferrari, Rubens Barrichello.

Sin duda alguna, un buen comienzo para este joven asturiano, que ocupa un lugar en el cajón de la F-1 por quinta vez desde que debutara en F-1 hace ya tres años en este mismo circuito urbano, trazado en Albert Park de la ciudad de Melbourne. El piloto español, de 22 años, que disputó su primera carrera aquí a los mandos de un Minardi, hizo buenos los pronósticos y se confirma como uno de los pilotos a tener en cuenta en la lucha por las primeras posiciones del campeonato.

Fernando Alonso compartió podio y protagonismo con los dos pilotos de la talla de Michael Schumacher y Rubens Barrichello, cuyo monoplaza se mostró intratable durante todo el fin de semana. El asturiano realizó una espectacular salida que le permitió subir dos posiciones –de la quinta a la tercera-, y sin duda alguna esa fue la clave de la tercera posición final que consiguió. Durante las 58 vueltas que duró la carrera, Alonso no cometió ni un solo fallo, y el equipo acompañó al asturiano durante las tres paradas que realizó en boxes, ya que no se produjo ningún incidente.

La ambición de Schumacher. Michael Schumacher fue, indudablemente, el protagonista de la jornada, ya que el alemán acalló en Australia todos los rumores que indicaban que piensa más en la retirada que en competir y seguir ganando carreras. Después de sumar una nueva pole el sábado, en carrera se paseó con Rubens Barrichello guardándole las espaldas y en una demostración que refrendaba el potencial de los Ferrari y los neumáticos Bridgestone, determinantes en el ‘paseo’ de los coches rojos a lo largo del fin de semana.

Por contra, enorme decepción en las filas de Williams, con dos coches detrás de Alonso, y en McLaren, un enorme fracaso como estaba vaticinado.

La 71ª victoria del alemán, y sobre todo la forma de conseguirla, no dejaban de recordar al magnífico dúo que dominó aplastantemente en el 2002. Después de 195 carreras de F1, 71 triunfos y a sus 35 años, el alemán dio muestras de estar en un gran momento de forma, con el salto habitual al llegar al primer peldaño del podio.

Muchos daban ya por acabado a Michael Schumacher, pero el alemán dio un recital, bien secundado por Rubens Barrichello, que tuvo algunos problemas mecánicos, pero no suficientes como para que Fernando Alonso pudiera subir un escalón más en el podio. Michael y Ferrari fueron los dominadores de todas las sesiones de entrenamientos del GP de Australia, tanto las cuatro libres, como la cronometrada de la tarde del sábado.

Barrichello, por su parte, hizo el papel que le correspondía, el de secundar a su jefe de filas, y de nuevo cumplió con su obligación. Bridgestone pareció el año pasado estar en crisis, la misma que Ferrari, y sin embargo en Australia han aparecido más fuertes que nunca, con unos neumáticos que se adaptaron muy bien al trazado urbano de Albert Park, y que seguro volverán a dar que hablar.

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